
La humedad ideal de un aire saludable debe estar entre el 30% y el 50%.
Con la humedad por debajo del 30% podemos decir que tenemos un ambiente seco, lo que puede producirnos multitud de problemas cutaneos, irritación de los ojos, sequedad de piel, y molestias en la garganta. Los síntomas de la sequedad ambiental suelen presentarse como picores (ojos, piel, etc…)
Con la humedad por encima del 50% nos encontramos en un ambiente demasiado húmedo, este exceso de humedad facilita la aparición de moho y de enfermedades respiratorias tales como el asma, la sinusitis, e incluso infecciones pulmonares como la bronquitis. Los síntomas habituales son escalofríos, cansancio, molestias respiratorias, pies fríos, incluso cefaleas.
¿Qué humedad debe tener la habitación de un bebé?
La humedad ideal para la habitación de nuestro bebé es la misma que deben tener las del resto de la casa. En lo único que hacemos hincapié es en extremar el control de esa humedad que vamos a proporcionar a nuestro hijo, para asegurarnos de que la humedad relativa esté siempre en los márgenes que queremos y que esté libre de posibles bacterias. Parece algo demasiado complicado, pero no lo es en absoluto:
Con un higrómetro puedes tener controlado el nivel de humedad de la habitación en todo momento y si el humidificador o deshumidificador que uses lleva otro incorporado pues… ¡Seguridad doble.!
Asegura una humedad libre de bacterias. Si vas a comprar un humidificador para proporcionar esa humedad correcta a la habitación de tu bebé, comprueba que dispone de purificador de agua. Estos purificadores funcionan mediante luz ultravioleta y garantizan una altísima efectividad del 99,9% de eliminación de agentes patógenos.
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